La ley de la concentración
La ley de la concentración estipula que «Todo aquello en lo que nos concentramos, crece».
Cuando nos concentramos en cualquier asunto, un mayor volumen de nuestros poderes mentales se enfoca en esa materia. Si pensamos continuamente en el éxito y el cumplimiento de nuestras metas financieras, y nos concentramos en alcanzar la excelencia en la consecución de los resultados que definen el éxito, estaremos canalizando nuestras energías y volviéndonos más enfocado y efectivo en dicha área.
Se ha dicho que «La vida es un estudio sobre la atención». Aquello a lo que le prestamos atención controla la dirección de nuestra vida. Y siempre prestamos atención a lo que es más importante para nosotros. Cuando pensamos constantemente en las cosas que deseamos y la persona que queremos ser, avanzamos más y más en esa dirección.
Por supuesto, esta ley es, como todas las demás, neutral. Es como una espada de dos filos, que corta en ambas direcciones. Cuando nos concentramos en lo que deseamos, obtenemos más de lo deseado. Pero cuando nos concentramos o nos ponemos a pensar en cosas que no deseamos, éstas también se incrementan en nuestra vida y nuestras experiencias. Es por eso que se dice: «Todo lo que uno resiste, persiste».
Estas leyes pueden ayudarnos o perjudicarnos, dependiendo de su aplicación. Son como un revólver cargado en las manos de un niño. Si hacemos un mal uso de ellas pueden ser muy peligrosas para nuestra felicidad y nuestro éxito.
Recordemos: nuestra mente es muy poderosa. Y mientras más la usemos, más poderosa será. Al explotar y canalizar nuestros poderes mentales nosotros podemos crear casi cualquier cosa que deseemos en la vida.