La ley de las expectativas
Esta ley establece que «Cualquier cosa que esperemos, si la esperamos seguros de nosotros mismos, se convierte en una profecía que se cumple a sí misma».
Uno no obtiene en la vida lo que quiere, sino lo que espera. Nunca podemos alzarnos por encima de las expectativas que tenemos de nosotros mismos. Y la buena noticia es que podemos construir nuestras propias expectativas.
Esta regla consiste en que siempre debemos «esperar lo mejor». Esperar alguna ganancia de todas nuetras experiencias, y alguna lección de todos nuestros problemas o dificultades. Debemos esperar confiados que todo lo que está ocurriendo forma parte de un vasto plan universal que nos conducirá al éxito. Debemos esperar que toda persona y todo encuentro contengan algo de valor que de una u otra forma puede ayudarnos.
Para utilizar apropiadamente esta ley, debemos esperar ser una persona feliz, sana y exitosa. Esperar ser populares, persuasivos y efectivos. Esperar obtener las cosas que deseamos y lograr los resultados que nos hemos propuesto. Esta actitud de «expectativas positivas» basada en una fe firme en nuestro éxito, nos garantizará virtualmente la consecución de nuestras metas.