La ley de las creencias
La ley de las creencias establece que, no importa en qué se crea, si se cree con sentimiento o convicción, se convertirá en su realidad. William James, de la Universidad de Harvard, dijo que «La creencia crea el hecho». En el Nuevo Testamento Jesús se dice: «Conforme a vuestra fe os sea hecho».
Las creencias arraigadas, las convicciones más profundas, determinan
en gran medida como se piensa, siente y actúa, y los resultados que se obtienen. Si nos sentimos firmemente optimistas y seguros de nosotros mismos y de nuestro éxito final, nada podrá impedir que lleguemos a alcanzar nuestros objetivos.
Si por el contrario tenemos creencias negativas de temor, dudas de nosotros mismos y de inferioridad, nada podrá ayudarnos.
En un estudio realizado a más de 500 hombres y mujeres de éxito, la
mayoría de los cuales comenzaron desde cero y luego llegaron a la cúspide de sus respectivos campos, se determinó que su creencia común era que, pasara lo que pasara, acabarían triunfando. Estas personas tenían una imperturbable confianza en su capacidad para superar todas las dificultades y a la larga vencer. Veían en cada revés o decepción una experiencia de aprendizaje que les ayudaría a hacer mejor las cosas más adelante. Debido a su fe, llegaron a ser imparables.