La ley de la atracción
Es una de las leyes más poderosas del Universo, descrita ya 3000 años antes de Cristo. En su forma más simplificada, expresa que «los similares se atraen». Las cosas y las personas que tienen algo en común se atraen mutuamente.
La ley de la atracción postula que nosotros somos un «imán viviente». Irradiamos nuestros pensamientos como ondas de energía y atraemos a nuestras vidas personas y circunstancias que están en armonía con esos pensamientos dominantes. Cuando uno de sus pensamientos es impregnado por el deseo o el temor, se incrementa drásticamente el ritmo de vibración de dicha idea, que se atrae más rápidamente a nuestras vidas las circunstancias que armonizan con esa idea.
La forma más poderosa de activar la ley de atracción a nuestro favor es esperar constantemente que todo lo que sucede sea parte de un gran plan para conducirnos al éxito. Cuando pensamos en el resultado positivo de cualquier suceso, lo imaginamos y lo visualizamos, creando un campo de energía que atrae a nuestras vida ideas, oportunidades, dinero y personas que nos ayudan a convertir nuestra meta en realidad.
A miles de millonarios, en su mayoría empresarios que comenzaron desde
cero, les han entrevistado y hecho la siguiente pregunta: «¿En qué piensa la
mayor parte del tiempo?» ¿La respuesta? Los millonarios que se han hecho a sí mismos piensan la mayor parte de su tiempo en la independencia y el éxito financieros. Desde muy jóvenes se concentran en ganar y preservar dinero procedente de las ventas y la rentabilidad de sus compañías.
La ley de la atracción es muy poderosa. Pero también es neutral. Si nosotros tenemos ideas positivas, constructivas, sobre nuestros objetivos personales y financieros, atraeremos a nuestra vida los recursos necesarios. Si en cambio tenemos ideas negativas, destructivas, de temor y preocupación, atraeremos eventos negativos y problemas congruentes con dichos pensamientos. La decisión es nuestra.
A medida que vayamos conociendo las «7 reglas de oro de Brian Tracy», aprenderemos y absorberemos más y más de las más productivas, fructíferas ideas que se han descubierto sobre cómo triunfar en los negocios. Como resultado atraeremos a nuestra vida las situaciones,
circunstancias y experiencias que necesitamos para aplicar estos principios
y alcanzar el éxito.